Frente a la Incertidumbre, Preparación

Vivimos en total incertidumbre y, de manera especial, en lo financiero económico. La crisis del 2008 lejos de representar el fin de una serie de “anomalías” financieras y fraudes bancarios ha constituido el inicio de uno de los periodos más “dementes” en la historia económica de la humanidad.  ¿Qué mayor demencia que llegar a niveles en los que “se te paga” por pedir dinero prestado y “se te cobra por ahorrarlo”? ¿Piensas que exagero? Bueno, pues eso es lo que sucede cuando en una economía los bonos gubernamentales pagan tasas de interés negativas (o sea, cobran) a los tenedores de dichos bonos. Y no hablo de unos cuántos países ni de cualquier tipo de país.

 

De acuerdo con zonaeconómica.com los países que actualmente tienen tasas de interés negativa son Dinamarca (-0.65%), Suiza (-0.75%), Suecia (-0.35%) y Japón (-0.1%). El Banco Central Europeo (ECB) también tiene tasas de interés negativas, de -0.3%. Y aquellos que la conservan “positiva” las tienen en un nivel por debajo de la inflación lo que implica que en la práctica se comporten como negativas. Esto implica en la práctica lo siguiente:

 

1)  1) Tus ahorros pierden poder de compra año con año si no los pones a trabajar en inversiones que superen, al menos, la tasa de inflación.

2)  2)  Como tu dinero pierde poder adquisitivo, cada vez tienes que trabajar más (tiempo) para mantener el mismo nivel de vida.

3   3) Se fomenta la creación de burbujas financieras en diversos sectores de la economía que, al reventar, provocarán crisis económicas de dimensiones desconocidas y a nivel global.

 

Hemos dejado de habitar un mundo normal: ¡se recompensa el endeudarse y se castiga el ahorrar! Por lo mismo, lograr la libertad financiera requiere aún más que antes incrementar el Coeficiente Emocional y el Coeficiente Financiero para poderla lograr. Y no sólo eso, se requiere de una nueva disposición para ser nosotros mismos los que manejemos nuestro dinero y dejemos de pretender que otros lo hagan por nosotros.  La libertad financiera aún es posible, aunque se ha vuelto más exigente que antes.  Muchas personas dan tumbos de aquí para allá en sus vidas financieras y terminan pagando un precio enorme por ello. Y no es porque no les importe, es porque se hayan varadas por todas las tensiones y atenciones de su vida cotidiana.

 

Ahora bien, se trata pues de tener dos disposiciones que, en sí mismas, resumen el verdadero poder personal de alguien: la disposición de aprender y la disposición de actuar. Lo que sabes determina lo que haces y lo que haces determina lo que obtienes. Cierto que se requiere de mayor proactividad para renunciar a lo que haga falta para disponernos a aprender y a actuar. Necesitamos aprender a ahorrar y hacerlo; aprender a invertir y hacerlo.  No es tan complicado como se piensa si bien requiere de dedicación y disciplina para hacerlo. Ciertamente lo que sucede en la economía a nivel global está fuera de nuestro alcance, no así el aprender las reglas del juego de las inversiones y beneficiarnos con ellas.

 

 

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