EL FRACASO DE LA FED

La FED (y, por cierto, el Banco Central Europeo también) falló en su intento por restablecer el orden económico después de la crisis del 2009 y no logró que el crecimiento fuera de nuevo sostenido.  La razón principal de su fracaso tiene que ver con el hecho de que los problemas en ella economía son estructurales, es decir, tienen que ver con temas de recaudación, regulación,

demografía y otros factores que se encuentran fuera del alcance de la Fed. Los instrumentos de la FED son de política monetaria y las soluciones que requiere la economía no son de índole monetaria, sino de acuerdos y estrategias políticas.

 

Dado que las soluciones estructurales no están en el horizonte debido a un estancamiento político, la economía de EE. UU. se mantendrá estancada con bajo crecimiento de manera indefinida. Sin cambio estructural, este patrón persistirá durante décadas como sucede en Japón. Este escenario de crecimiento débil ser verá apuntalado por tendencias deflacionarias persistentes y esto, en el mejor de los casos.

 

Lamentablemente lo más probable que se presente en cualquier momento un pánico financiero y la subsecuente crisis de liquidez global causada, principalmente, por las políticas monetarias fallidas de la FED (Reserva Federal) y del BCE (Banco Central Europeo).

 

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) ha seguido una estrategia sin precedentes con sus programas de Flexibilización Cuantitativa (QE por sus siglas en inglés). La QE es una herramienta no convencional de política monetaria utilizada por algunos bancos centrales para aumentar la oferta de dinero, aumentando el exceso de reservas del sistema bancario, por lo general mediante la compra de bonos del propio gobierno para estabilizar o aumentar sus precios y con ello reducir las tasas de interés a largo plazo. Esta medida suele ser utilizada cuando los métodos más habituales de control de la oferta de dinero no han funcionado. El primer programa, QE1, comenzó a finales de 2008.

 

Se entendió en ese momento como una respuesta adecuada a la crisis de liquidez derivadas de los fracasos de Lehman Brothers y AIG y al efecto dominó que provocaron en los mercados bursátiles del mundo. Proporcionar efectivo durante una crisis de liquidez es exactamente lo que los bancos centrales se supone que deben hacer; para eso que fueron creados.  QE1 terminó en junio de 2010.

 

Si bien pudo haber salvado a la economía de una recesión severa en 2009, no sirvió para estimular el crecimiento a largo plazo. Apenas terminó la QE1, el crecimiento de EE. UU. se estancó. Se presentaron dos problemas de fondo que o se resolvieron. El primero de ellos fue que se rescató a los acreedores, pero no se hizo nada por los deudores quienes, a fin de cuentas, son el motor de la economía de cualquier país: la clase media. El segundo problema que no se atendió es que, en lugar de que las tasas bajas de interés sirvieran para estimular la inversión productiva, se aprovechó apara incrementar la demanda (y su precio por extensión) de activos financieros especulativos. Este error fue especialmente grave.

 

Ante el estancamiento de la economía norteamericana, la Fed decidió generar una nueva inyección de dinero para finales del 2010 con su programa QE2. Comenzó en noviembre de 2010, en un momento en que no hubo crisis de liquidez.  QE2 fue un experimento ideado por Ben Bernanke presidente de la FED en aquel entonces. La Fed se comprometió a comprar $ 600 mil millones de dólares de Valores del Tesoro del gobierno norteamericano antes de junio de 2011.

 

La idea era reducir las tasas de interés a largo plazo para que los inversionistas se vieran forzados a adquirir activos tales como acciones y bienes inmuebles. Se esperaba que el aumento en los precios de los activos generaría un efecto riqueza que daría lugar a mayor gasto y mayores garantías colaterales para el endeudamiento por los bienes inmuebles adquiridos. Esta nueva crecida en los préstamos y el gasto estimularían la economía hacia la autosustentabilidad y el crecimiento.

 

Por supuesto, no fue así. QE2 no creó crecimiento sostenido en la economía, lo que creó fueron burbujas de activos que en cualquier momento pueden explotar. QE2 terminó como estaba previsto en junio de 2011.  Y una vez que la impresión de dinero terminó el estancamiento fue mayor. Para entonces la Fed se encontraba atrapada por el monstruo que ella misma había creado. Se encontraba ahora en un callejón sin salida.

 

En septiembre de 2012, la Fed lanzó QE3. A diferencia de QE2, no hubo límites de tiempo o cantidad en QE3. La Fed imprimiría tanto dinero como quisiera durante todo el tiempo que quisiera para crear el estímulo.

Como resultado la economía mejoró, pero no prosperó. Cuando se recortó la impresión de dinero, la economía se estancó de nuevo….incluso peor que las dos veces anteriores.

 

Y no sólo le sucedió a la FED; por lo menos ocho de los principales bancos centrales del mundo, incluido el BCE, siguieron estrategias similares elevando los tipos de interés en los últimos seis años. Los ocho tuvieron que retroceder rápidamente y reducirlas de nuevo.

 

Algunos incluso se encuentran ahora con tasas de interés negativa. El circulo vicioso en el que nos encontramos es algo así:

 

Primero, la Fed reduce la impresión de dinero y aumenta la tasa de interés de referencia, entonces los mercados se hunden, luego la Fed se relaja su política monetaria reduciendo la tasa de interés e inyectando más dinero a la economía, entonces los mercados se recuperan, luego la Fed vuelve a apretar, y así sucesivamente….

 

Llegará el momento en el que el círculo se detenga ni ya no haya marcha ni para adelante ni para atrás. Y entonces ¿qué? Bueno, sólo se perciben tres posibilidades:

1ª) Los mercados mundiales se colapsan y se genera una crisis financiera global de dimensiones desconocidas hasta ahora.

2ª) Se buscará “resetear” financieramente al mercado buscando crear nuevas divisas respaldadas en oro o en criptomendas.

3ª) Una combinación de ambas

 

 

Me inclino por la tercera y las preguntas que se desprenden de lo anterior primero no tienen que ver con cómo sucederá todo esto sino con “cuando” y, segundo, con cómo podremos prepararnos para encontrarnos del lado ganador cuando se presente lo que sea que se vaya a presentar. 

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