¿POR QUÉ ORO?

Desde 2001 la demanda de inversión en oro en todo el mundo ha crecido en promedio un 15% anual según cifras del World Gold Council. Esto se debe en parte a la llegada de nuevas formas de acceder al mercado, como los fondos negociados en bolsa (ETF) con respaldo de oro físico, así como la expansión de la clase media en Asia. Tras la crisis financiera de 2008-2009 en los Estados Unidos y Europa se ha adquirido mayor conciencia sobre la importancia de ahorrar en oro gracias a la labor de personalidades como Mike Maloney.

Hoy en día, el oro es más relevante que nunca para los inversionistas institucionales. Si bien los bancos centrales de los mercados desarrollados se están movilizando para normalizar las políticas monetarias, lo que lleva a tasas de interés más altas, creemos que los inversionistas aún pueden sentir los efectos de la flexibilización cuantitativa y el período prolongado de bajas tasas de interés en los próximos años. Esto tenderá a provocar un proceso deflacionario que hará que el precio del oro se mantenga bajo – e incluso pueda disminuir hasta 700 USD la onza, de acuerdo con el análisis de Harry Dent – para luego comenzar su ascenso a partir del 2021-2023. Esto implica algo muy concreto, ahora es cuando conviene adquirir oro a precios de “ganga” para no sólo como instrumento de cobertura, sino como instrumento de inversión.

 

Volviendo a la flexibilización cuantitativa y el cambio en las tasas de interés: mantenerlas bajas, luego incrementarlas, mantenerlas sin cambios para más adelante volverlas a bajar..., estas políticas pueden haber alterado fundamentalmente lo que significa administrar el riesgo de cartera y generan fuertes distorsiones en los mercados financieros.

 

En respuesta, algunos inversionistas institucionales han adoptado alternativas a los activos tradicionales, como acciones y bonos. La participación de los activos no tradicionales entre los fondos de pensiones mundiales ha aumentado del 15% en 2007 al 25% en 2017. Y en los Estados Unidos esta cifra se acerca al 30%

 

Cada vez más inversionistas se sienten atraídos por el papel del oro como diversificador de riesgo debido a su baja correlación con la mayoría de los activos principales, y como una cobertura contra el riesgo sistemático y fuertes retrocesos del mercado de valores. Algunos lo utilizan como almacén de valor y como cobertura de inflación.

 

Como un activo estratégico, el oro ha mejorado históricamente los rendimientos ajustados al riesgo de las carteras, ofreciendo rendimientos al mismo tiempo que reduce las pérdidas y proporciona liquidez para cumplir con los pasivos en tiempos de tensión del mercado.

 

 

Entonces invertir en oro (o, al menos, ahorrar en él) se vuelve fundamental como parte de una estrategia de prevención frente a la próxima crisis financiera que cada vez se acerca más. Si no lo hacemos ahora, lo lamentaremos más adelante.  

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