Es Cuestión de que te Confrontes

Como alguna vez afirmara Tony Robbins: “los fracasados reaccionan, los triunfadores: anticipan”.  Y el tema financiero no es la excepción por lo que hemos de disponernos a tomar la iniciativa y hacernos cargo de nuestras finanzas personales pues nadie más se hará cargo y de ello dependerá una vida de estrechez o de holgura económica. Entonces hay que tomar la iniciativa y anticipar lo que pueda venir en el futuro próximo para poder lograr la libertad financiera.

 

Ahora bien, ¿qué implica tomar la iniciativa y anticipar? Básicamente: aprender y aplicar lo aprendido. Afortunadamente existen programas, cursos y talleres que sirven para aprender, lamentablemente, muy pocos se disponen a hacerlo. ¿Por qué razón? Considero que, en esencia, por dos razones: la primera, por ignorancia sobre lo que seguramente les pasará; la segunda, por considerar muy complejo el hacerse cargo de su dinero y ponerlo a trabajar en su favor.

 

Comencemos por la ignorancia. El no saber lo que te depara el futuro si no te haces cargo de tus finanzas y tomar la iniciativa te permite mantenerte en tu zona de confort bajo la premisa – engañosa – de que “siempre vendrán tiempos mejores”. El problema con este planteamiento es que no toma en cuenta tres “pequeños” inconvenientes:

 

1º) La pérdida del poder adquisitivo del dinero. Es difícil que, en automático, los tiempos lleguen a ser mejores” si el dinero que ganamos mes con mes puede comprar cada vez menos mes con mes. Y esto debido al fenómeno de la inflación que, con el tiempo tenderá a agravarse en la medida en que la burbuja de la deuda llegue a su fin y empiecen a darse – como efecto dominó – los impagos por parte de personas, instituciones públicas y privada e inclusive “gobiernos enteros” como en el caso de Puerto Rico o el estado de Illinois en USA que prácticamente están en bancarrota.

 

2º) El creciente riesgo de que el sistema de pensiones colapse a nivel mundial. Y este, a su vez, se puede presentar por dos causas concretas. La primera de ellas es porque las instituciones financieras que manejan dichos fondos no lo están haciendo de una manera muy competente que digamos; lo que viene reflejado en sus altas comisiones y sus bajos rendimientos. La segunda tiene que ver con el hecho de que, en el caso de las pensiones manejadas por entidades gubernamentales, estás se ven cada vez más limitadas por el incremento en el número de jubilaciones y el decremento en la recaudación real de impuestos…, lo que nos lleva al siguiente inconveniente.

 

3º) El incremento en los impuestos. Ante la realidad de gobiernos crecientemente obesos en términos del crecimiento sostenido de sus burocracias, cada vez tienen que destinar más recursos al pago de gasto corriente y menos a inversión en mejora de servicios e infraestructura lo que implica una merme sostenida en nuestro ingreso disponible por lo mismo.

 

Y todo esto en el contenido de una economía global con una tasa de crecimiento económico muy por debajo de la tasa de crecimiento poblacional. Así que, si no quieres ser de los que engrosan las filas de los adultos mayores que se ven en la necesidad de hacer fila para poder atender de empacadores en una tienda departamental y vivir – o complementar sus pensiones – de las propinas (que se asemejan más a limosnas) es importante lograr hacer que tu dinero comience a trabajar para ti lo más pronto posible.

 

Ahora consideremos el tema de la “complejidad” asociada a aprender y lograr que tu dinero trabaje para ti. Bueno, pues eso era real hace unos años cuando tenías que estudiar Finanzas durante años y luego trabajar para una administradora de fondos para conocer los secretos” de los mercados y poder anticipar inversiones que sean lucrativas. Además, debías contar con al menos cien mil dólares para que un corredor bursátil pudiera ayudarte a adquirir o vender los instrumentos financieros que buscarías comprar barato y vender caro en un momento determinado y así obtener una jugosa ganancia por la operación. Si, eso era antes, ahora las cosas han cambiado y para bien al respecto.  

 

Hoy puedes aprender a invertir y hacerlo directamente en línea sin tener que recurrir a “expertos” y pagarles una fortuna para que manejen tu dinero. Inclusive puedes adquirir servicios de “alertas de inversión que te indican qué comprar, cuándo, a cuanto y cuando venderlo para obtener ganancias. La complejidad ha desaparecido, aunque no así nuestra idea sobre ella. La verdadera dificultad radica en que te dispongas a ahorrar y administres tu tiempo para dedicarlo a aprender cómo invertir y comenzar a hacerlo.

El tema aquí no es cuánto ganas sino cuánto ahorras y como lo inviertes adquiriendo así maestría en el manejo de tu propio dinero en inversiones. Y, para desarrollar maestría en lo que sea que te propongas se requieren de tres cosas:

 

1) Entenderlo. Una vez más, para ello cuentas con cursos y talleres especializados online y offline a los que puedes recurrir para aprender a invertir.

 

2) Asumirlo. Ya que entiendes lo que hay que hacer, es importante asumir el compromiso de llevar a la práctica lo que aprendiste contra viento y marea. Importa aquí dejarse llevar por la disciplina y no por un estado de ánimo que seguramente será cambiante y contraproducente en algún momento dado.

 

3) Repetirlo. “La práctica hace al maestro” y no hay como la repetición para adquirir y desarrollar una nueva habilidad en pos de una mejora significativa en tu vida.

 

 

Así pues, es cuestión de que te confrontes y honestamente respondas en términos de si vas a seguir yendo a la deriva en el tema de tus finanzas o, por el contrario, tomarás el timón y decididamente te dirigirás hacia el puerto seguro de la libertad financiera. Tú decides. 

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