LA REALIDAD CÍCLICA

Uno de los aspectos clave en el mundo de las inversiones es que, en los mercados como en los climas la realidad es cíclica. ¿Qué significa esto? Bueno, pues, que, así como los mercados pueden subir, pueden bajar…para volver a subir.

 

Es curioso notar como nadie en su sano juicio se pondría a pensar que la primavera va a durar para siempre y que nunca más llegará el invierno y viceversa. No obstante, existen personas - ¡y muchas! – que, cuando enfrentan un mercado alcista llegan a pensar que nunca caerá y, cuando lo hace, entonces llegan a pensar que nunca se levantará. Suena a locura… ¡y lo es!

 

La mente humana perezosamente opta mejor por suponer” que las cosas seguirán – indefinidamente – como van hasta ahora, sean positivas o negativas y no se toma la molestia de profundizar y basarse en la realidad pues siempre será más fácil y cómodo suponer. Nuestra mente sobregeneraliza y eso puede ser nefasto en el mundo de las inversiones. ¿Por qué? Porque es irreal y no describe a los mercados en la que tal vez sea su característica más clara y contundente: en promedio (en los últimos 100 años) los mercados caen cada tres a cinco años y suelen mantenerse abajo un promedio de 45 a 365 días.

 

Ciertamente no podemos predecir el futuro más ¡cuánto podemos aprender del pasado para prepararnos para el futuro! Esto es lo que le da sentido invertir a largo plazo ya que sabemos que las correcciones ocurren regularmente; que nadie puede predecir cuándo sucederán; y que el mercado generalmente se recupera, reanudando su trayectoria ascendente general. La realidad cíclica es una gran realidad. Por eso no hay que temer invertir si se está dispuesto a aprender a hacerlo con inteligencia, no tratando de encontrar la fórmula mágica para intentar predecir lo que les sucederá mañana a los mercados, sino aprendiendo de sus tendencias en el pasado que, si bien no nos van a generar infalibilidad en nuestras proyecciones si nos permitirán acertar en el 70% de ellas y con eso es más que suficiente para poder ganar mucho dinero con nuestras inversiones.

 

 

Lamentablemente – o afortunadamente, depende de si te encuentras en el lado perdedor o ganador de la ecuación – muchos no hacen su tarea e invierten a ciegas, dejándose llevar más por su emoción que por su cálculo y es que, para poder calcular bien se necesita “aprender”.  Es irónico que en la era de la información muy pocas personas se dispongan a aprender; es increíble que la mayoría prefiera ser simplemente consumidora que inversionista. Y crece el número de los que se quejan porque la vida es “injusta” y “desigual” en lo que a oportunidades se refiere lo que nos lleva a pensar, ¿cuántos realmente se preparan para un porvenir próspero y satisfactorio? Pocos, muy pocos, los más prefieren quedarse con los pensamientos cíclicos de su mente que aprender de los ciclos que caracterizan a la realidad…de la que forman parte.   

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