¿INJUSTICIA O INDOLENCIA?

Los dos estados clave del éxito o fracaso en prácticamente cualquier ámbito de la vida son:

 

1) Mentalidad

2) Hábitos

 

 

Y en el caso de lo financiero en nuestra vida aplica también. Lo que pensamos sobre el dinero (mentalidad) y lo que solemos hacer con él (hábitos) determinan nuestros resultados financieros y, con ellos, los demás resultados que obtenemos en nuestra vida.  La premisa es que, si continuamos teniendo creencias limitantes sobre el dinero, también continuaremos sufriendo las consecuencias de aferrarnos a estas fuerzas de autosabotaje que nos impedirán alcanzar los pilares de la libertad financiera. Y, si no modificamos nuestras creencias limitantes respecto al dinero, mucho menos modificaremos nuestros malos hábitos respecto a la manera de generarlo y administrarlo.

 

Los rasgos que, de acuerdo con Jamie McIntyre, caracterizan a los financieramente inteligentes son:

 

•  Cuentan con un plan de acción
• Ahorran el 10% de su ingreso
• Minimizan la adquisición de pasivos (cosas que cuestan, pero no generan ingresos)
•  Establecen objetivos financieros de corto y largo plazo
•  Seleccionan cuidadosamente sus gastos
• ØEstudian a los expertos en finanzas personales
•  Imitan a los que tienen éxito financiero
• Se mantienen aprendiendo estrategias financieras

 

Por supuesto, los financieramente incompetentes hacen exactamente lo contrario: no cuentan con un plan de acción, no ahorran, se atiborran de pasivos…

 

 

La inteligencia financiera es algo que podemos adquirir y desarrollar si así lo decidimos y. como todo lo que tiene sentido en la vida, implicará atención, dedicación y esfuerzo para lograrla. Para no variar, es por ello que el 20% de la gente obtiene el 80% de los resultados mientras que el 80% de la gente tan sólo obtiene el 20% de los resultados; más que una cuestión de injusticia (que la hay, sin duda), se trata de una cuestión de “indolencia” a final de cuentas.